El periodista, lleno de curiosidad, pregunta al marido:
─ Pero ustedes, ¿nunca han discutido?
─ No...
─ ¿Y cómo es eso?
─ Cuando nos casamos mi mujer tenía una yegua que apreciaba muchísimo, era lo que mas quería. Era la
criatura que ella más mimaba en la vida. El día de nuestra boda fuimos de luna de miel en nuestro Carruaje tirado por la yegua. En el camino hacia nuestro destino la yegua tropezó. Mi mujer le dijo con voz firme a la yegua:
criatura que ella más mimaba en la vida. El día de nuestra boda fuimos de luna de miel en nuestro Carruaje tirado por la yegua. En el camino hacia nuestro destino la yegua tropezó. Mi mujer le dijo con voz firme a la yegua:
─ ¡UNO!
A mitad de nuestro destino la yegua tropezó de nuevo. Mi mujer miró a la yegua y dijo:
─ ¡DOS!
Al llegar a nuestro destino nuevamente la yegua se tropezó, y mi mujer bajó y le dijo:
─ ¡TRES!
Seguido sacó la pistola y le pegó cinco tiros a la yegua...
Yo totalmente sorprendido y molesto le dije:
─ ¡Asesina! ¿por qué mataste a la yegua? ¡Eres una estúpida, desalmada, sin corazón!...
Mi mujer me miró fijamente y me dijo:
─ ¡UNO!
Y desde entonces
NO HAY PROBLEMAS
ENTRE NOSOTROS...
Jajaja
Un tanto cruel no tener que pelearse por medio a que te maten, no lo encuentro para nada ni hermoso, ni excelente, y mucho menos divertido; matar a su animal regalón por tropezarse es simplemente tener un ALMA DE ASESINA.
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